Hay un refrán que se dice por estas tierras -donde es cierto que es una pena ser ciego-, que “con un buen miembro viril, la satisfacción está asegurada”**. Esta aseveración tiene sus matices cuando se utilizada bajo la acepción del gozo físico. Pero si trasladamos esta sabia máxima a cualquier otro ámbito social, político o económico, es una verdad absoluta.
Pondré otro símil: Una persona pasa su vida ahorrando para al final de ella, tener recursos con los que garantizar su cuidado y atención básicos. Ahora bien, llegado el momento de recurrir al soborno emocional para que te proporcionen amor y compañía, abriras las arcas de tu vida para cubrir esas necesidades.
Pero ¿es conveniente y acertado llevar una vida de austeridad y dejar de realizar proyectos en el momento adecuado, para desplegar toda la fuerza económica acumulada durante años y así poder pasar los últimos momentos buscando compañía comprada? Creo que no.
No podemos paralizar o ralentizar la vida pensando en un momento del cual desconocemos su duración.
Igual ocurre con las instituciones de gobierno y la administración provincial.
Estas instituciones no es que sean ahorradoras, no es su función, pero según quien esté a cargo de ellas, aprovechará, de un modo u otro, el dinero de los contribuyentes en beneficio de las instituciones de menor rango a las que les debe su situación de poder.
Cuando se tiene el capital retenido durante meses, incluso años, a la espera de buenos tiempos para invertir en rentabilidad electoral, el miembro al que antes hacía referencia hará que la fiesta sea un éxito. El afortunado dueño -aún siendo temporal-, de tan magno órgano, disfrutará del efímero placer solo hasta que las urnas hablen y decidan.
Y las urnas hablan muy bien.
Después de toda una legislatura, los proyectos más significativos han sido una tentativa de favor con fines plebiscitarios y con acuse de prevaricación, el aprovechamiento del gusto de un pueblo por las candilejas para el lucimiento personal o el recurrir a proyectos ajenos para el empoderamiento partidista con miras a la reelección.
A escasas semanas de las elecciones, se saca la artillería pesada gracias a la jerárquica institución, que les proporciona la munición adecuada para poder hacer frente a cualquier contienda.
Con semejante falo, no hacen falta pastillas azules...
**El refrán original no ha pasado... "la autocensura previa", pero confío en la sabiduría de los lectores.
La foto la he sacado de esta web.