Cecil era un león, un hermoso y espectacular león de 13 años de edad. Vivía en Zimbabue junto a su familia. Era el líder de su manada de 3 leonas y 7 cachorros. Era felíz.
Un día le engañaron poniéndole una trampa. Un animal muerto era el cebo. Cecil acudió a comer y le dispararon con arco y flechas. Ahí no murió. Estuvo agonizando dos días, desangrándose hasta que lo remataron a tiros. Encontraron su cuerpo sin piel y sin cabeza.
Como dije, él era felíz, el que lo mató seguramente no, porque hay que ser muy infeliz para cometer tal salvajada. Porque aquí el salvaje no era el león, claro está.
Es imposible imaginar la agonía de Cecil, su sufrimiento mientras se desangraba, un sufrimiento que tuvo un precio: 50000 euros que pagó este cazador furtivo para matarlo.
¡Oh!, ¡Qué valiente el tío! ¡Cargarse semejante animal! ¡Qué bonito debe verse su gran salón con la cabeza de un león!, y qué me dices de esas cenas con los amigotes contando su heroicidad, todos con la boca abierta brindando alrededor de aquel animal embalsamado, como si de un trofeo se tratara.
Yo condeno estos actos, me repudian enormemente. Pagar 50000 euros para ir a no sé cuántos kilómetros a matar a un pobre animal que vive tranquilo, sin meterse con nadie. ¿Por qué consentimos esto?, ¿no sabe esta gente qué hacer con su dinero?... pués hay muchísimas fundaciones que necesitan financiación para fines totalmente necesarios, para el estudio de enfermedades raras, para el descubrimiento de nuevas vacunas... ¡Mil cosas!, pero gastarlo en matar animales... saciaría el tío su ego de machomán o quizá quiso tapar el complejo de inferioridad que realmente tendría y tendrá. Será eso, ¡para mí es pecaminoso!.
Puesta a dar vueltas mi cabeza pienso, que no hace tantos miles de años que nosotros vivíamos en las copas de los árboles, en cuevas... somos y éramos animales como los que hoy viven en esas selvas. No teníamos ropa, ni casas, ni coches, ni tan siquiera zapatos... pero nos teníamos entre nosotros y matábamos para comer. ¿Cuándo cambió todo? ¿con la evolución?. En qué momento pasamos de matar para comer a matar por matar, en qué momento pasamos de ser animales para convertirnos en bestias.
Quizá cuándo llegó algo llamado "dinero", al que no culpo, porque el dinero no es lo malo... lo malo es lo que nosotros somos capaces de hacer para conseguirlo, o en este caso, soltarlo para conseguir un propósito tan ruín.
Yo respeto a los animales. Los respeto porque es mi deber. Ellos también tienen su lugar en este mundo que a veces creemos sólo nuestro y todo porque somos la raza dominante y avanzada, tan avanzada que nos estamos cargando muchas de las especies, cosa que ellos, los animales nunca harían.
Jamás aprobaré el maltrato animal, en todo lo que la palábra maltrato abarca, porque no sólo pegar es maltratar, tenerlos atados o encerrados las 24 horas en patios, cocheras... pasando frío y calor, no asearlos dejando que se los coman las pulgas... eso también es maltrato. Hablo sobre todo del perro, nuestro fiel amigo. Porque ya he visto de todo.
Un día me hice eco de unas palábras que reflejaban justamente lo que yo sentía y pensaba y con ellas acabo: "Sólo deseo, a la persona que mató a Cecil, o al que mata vilmente a un animal o lo maltrata, que cuándo esta persona muera, si se reencarna en algo... que sea en ese animal al que mató o maltrató y corra su misma suerte". Creo que sería lo justo.
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