Una manera de interpretar la vida es a través de las tradiciones e ir adaptando los cambios estacionales a nuestro entorno, mágicos para unos y religiosos para otros.
Una de esas transformaciones más fascinantes es la que ahora vivimos, el otoño, la llamada por antiguas civilizaciones época oscura, cuando la luz del sol se torna suave y su duración entre nosotros es más corta, así va preparando la entrada del invierno.
La magia del otoño hace cambiar el color de las hojas, la luz del día y la oscuridad de la noche, aún cuando la luna ponga todo su empeño en iluminar las noches que la vemos tímidamente entre nubes viajeras.
La castaña abandona su protector caparazón de púas; el membrillo se hace dulce y apetitoso; la nuez cae sobre las hojas húmedas; la batata espera que alguien haga soltar toda la melosidad de su carne; la almendra se convierte en un apetitoso mazapán; la calabaza toma formas peculiares... el atrayente y húmedo olor a setas…
El otoño, también, recrea historias de hadas y de extraños duendecillos que viven bajo setas rojas y que beben gotitas luminosas de agua de rocío. En otoño se cuentan leyendas alrededor de la chimenea, al calor del fuego.
Con la entrada de la época oscura, también llega la hora de los amantes. Esas almas enamoradas que se refugian en la noche para sus encuentros de amor y, en ocasiones, de desamor.
Así pues, como la noche se prestaba para ello, La Asociación Cultural La Brecha del Llano de Zafarraya y el Centro Guadalinfo, con la colaboración del Ayuntamiento, organizaron el pasado 4 de noviembre, una noche mágica para festejar el otoño.
Aprovechando la noche otoñal, también se rindió homenaje, en el cuarto centenario de sus muertes a Cervantes y Shakespeare.
Con la ayuda de socios y vecinos, que quisieron participar en este acto de conmemoración y recuerdo, se realizaron lecturas dramatizadas de estos dos genios de la literatura universal. Una participación que dió como resultado la representación de don Quijote y Sancho, de Romeo y Julieta, de textos de “Una noche de verano” o las leyendas de las andanzas del maravilloso loco de la Mancha.
Zafarraya se llenó de fábulas y encanto entre el olor a castañas asadas y la degustación de los frutos típicos de esta estación dorada.
Para acabar la noche, y como viene siendo habitual en estas fechas, Don Juan Tenorio puso el broche a una celebración donde se mezcla la tradición y la cultura, dos pilares fundamentales en nuestra sociedad.
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