Ayer pude comprobar lo "cansiiinas" que pueden ser las operadoras de una empresa de telecomunicaciones cuando se las contaría. No se si se agarran a manual o se rebotan directamente, pero el caso es que ayer me dieron el día. Os cuento lo que pasó y cómo lo solucioné.
Cuando llegue a casa a mediodía, mi mujer decía que llevaban toda la mañana abrasándola con llamadas ofreciendo un servicio comercial nuevo en mi zona. Al sonar el teléfono de nuevo, me puse yo y conminé a la operadora a que no llamase más. Al principio con buenos modos, pero ante la insistencia y la grosería de ella, al final perdí un poco los papeles (qué coño un poco, un nada!!) y le dí una "dosis" de su propia medicina...
No sé si al final éste fue el detonante de lo que iba a pasar el resto del día, pero lo que está claro es que a partir de ese momento, las llamadas se sucedían en intervalos de aproximadamente 15 minutos.
Ni corto ni perezoso y gracias a la "inalambricidad" del teléfono, me senté cómodamente en el sofá a ver "los partes" y a cada llamada de las operadoras (lo digo en femenino, porque siempre eran ellas), me dediqué a hacerme el "longui", "el cazurro", "el listo", "el tonto"... etc... pero nada. Cuál un avispero en pleno ataque, cada vez eran mayores sus enfados. Yo por mi parte estuve partiéndome de la risa durante toda la sobremesa...
Durante la tarde fue mi mujer quién cogió el relevo y actuó exactamente del mismo modo. Y ojo, hay que alabar la tenacidad de las operadoras, ¿eh?, porque lejos de darse por vencidas, seguían y seguían como si estuviesen movidas por pilas "duracell", como las del conejito...
Pero cuando llegue a casa después de cinco horas seguidas en mi Guadalinfo, la cosa ya no tenía ninguna gracia, de modo que llamé al número de atención al cliente y expuse mi problema a la operadora que amablemente me dijo que iba a poner una restricción para que no se efectuaran más ese tipo de llamadas a mi teléfono.
Cinco minutos más tarde volvían a llamar...
Así que ni corto ni perezoso, volví a llamar al número de atención al cliente con la intención de poner una reclamación.
Esta vez me atendió un operador, que me dijo que tomaba nota de mi queja, pero al pedirle un número de reclamación, me empezó a poner excusas del tipo su queja ya ha sido reflejada, no puedo, no se, no llego, no alcanzo, etc.... Nuevamente le interrumpí y le expuse los derechos que están reflejados en el contrato de usuario, a saber: que puedo poner una reclamación en ese número por el asunto que yo considere adecuado y que tengo derecho a recibir un número de reclamación, entre otros y que yo sólo seguía el trámite correcto antes de interponer una reclamación en la oficina de atención al usuario de telecomunicaciones.
Al decirle esto, su forma de actuar se torno un poco más seria y tras unos segundos de espera me respondió con el susodicho número y el texto de la reclamación.
Et voila! a partir de ese momento cesaron las llamadas...
Moraleja:
Las empresas de telecomunicaciones, a veces abusan de los usuarios, pero eso no quiere decir que los usuarios no tengamos herramientas para poder defendernos. Hay que leer la letra pequeña, los comunicados de las operadoras, ponernos al día allí donde podamos, léase Guadalinfo, etc..., lo que no podemos ni debemos hacer es quedarnos de brazos cruzados y soportar los abusos por pequeños que estos sean.
En realidad, a esta hora me pregunto si la operadora actuaría en base al manual de operaciones de la compañía, o lo haría a título personal movida por el despecho o las ganas de fastidiar. Lo que no puedo entender, es que encima de que molestan, se reboten. ¡No se que sacan de todo eso!, desde luego no una ventaja comercial, claro y si las compañías lo permiten, lo que en realidad hacen es tirar piedras sobre su propio tejado.
De cualquier modo ahí queda eso y espero que la próxima vez que seáis acosados por este tipo de llamadas, sepáis al menos cuál es el procedimiento.
Y como siempre, espero que os sirva.
Cuando llegue a casa a mediodía, mi mujer decía que llevaban toda la mañana abrasándola con llamadas ofreciendo un servicio comercial nuevo en mi zona. Al sonar el teléfono de nuevo, me puse yo y conminé a la operadora a que no llamase más. Al principio con buenos modos, pero ante la insistencia y la grosería de ella, al final perdí un poco los papeles (qué coño un poco, un nada!!) y le dí una "dosis" de su propia medicina...
No sé si al final éste fue el detonante de lo que iba a pasar el resto del día, pero lo que está claro es que a partir de ese momento, las llamadas se sucedían en intervalos de aproximadamente 15 minutos.
Ni corto ni perezoso y gracias a la "inalambricidad" del teléfono, me senté cómodamente en el sofá a ver "los partes" y a cada llamada de las operadoras (lo digo en femenino, porque siempre eran ellas), me dediqué a hacerme el "longui", "el cazurro", "el listo", "el tonto"... etc... pero nada. Cuál un avispero en pleno ataque, cada vez eran mayores sus enfados. Yo por mi parte estuve partiéndome de la risa durante toda la sobremesa...
Durante la tarde fue mi mujer quién cogió el relevo y actuó exactamente del mismo modo. Y ojo, hay que alabar la tenacidad de las operadoras, ¿eh?, porque lejos de darse por vencidas, seguían y seguían como si estuviesen movidas por pilas "duracell", como las del conejito...
Pero cuando llegue a casa después de cinco horas seguidas en mi Guadalinfo, la cosa ya no tenía ninguna gracia, de modo que llamé al número de atención al cliente y expuse mi problema a la operadora que amablemente me dijo que iba a poner una restricción para que no se efectuaran más ese tipo de llamadas a mi teléfono.
Cinco minutos más tarde volvían a llamar...
Así que ni corto ni perezoso, volví a llamar al número de atención al cliente con la intención de poner una reclamación.
Esta vez me atendió un operador, que me dijo que tomaba nota de mi queja, pero al pedirle un número de reclamación, me empezó a poner excusas del tipo su queja ya ha sido reflejada, no puedo, no se, no llego, no alcanzo, etc.... Nuevamente le interrumpí y le expuse los derechos que están reflejados en el contrato de usuario, a saber: que puedo poner una reclamación en ese número por el asunto que yo considere adecuado y que tengo derecho a recibir un número de reclamación, entre otros y que yo sólo seguía el trámite correcto antes de interponer una reclamación en la oficina de atención al usuario de telecomunicaciones.
Al decirle esto, su forma de actuar se torno un poco más seria y tras unos segundos de espera me respondió con el susodicho número y el texto de la reclamación.
Et voila! a partir de ese momento cesaron las llamadas...
Moraleja:
Las empresas de telecomunicaciones, a veces abusan de los usuarios, pero eso no quiere decir que los usuarios no tengamos herramientas para poder defendernos. Hay que leer la letra pequeña, los comunicados de las operadoras, ponernos al día allí donde podamos, léase Guadalinfo, etc..., lo que no podemos ni debemos hacer es quedarnos de brazos cruzados y soportar los abusos por pequeños que estos sean.
En realidad, a esta hora me pregunto si la operadora actuaría en base al manual de operaciones de la compañía, o lo haría a título personal movida por el despecho o las ganas de fastidiar. Lo que no puedo entender, es que encima de que molestan, se reboten. ¡No se que sacan de todo eso!, desde luego no una ventaja comercial, claro y si las compañías lo permiten, lo que en realidad hacen es tirar piedras sobre su propio tejado.
De cualquier modo ahí queda eso y espero que la próxima vez que seáis acosados por este tipo de llamadas, sepáis al menos cuál es el procedimiento.
Y como siempre, espero que os sirva.