¿Quien dijo la primera mentira? Hay una gran controversia con esta pregunta. Unos dicen que Satanás, por supuesto.
Sin embargo en la Biblia reza así:
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el dia que de él comieres, ciertamente morirás”.
El resto de la historia todos la conocemos y nadie ignora que no hubo muertes.
Si algo que ha marcado el devenir de la historia a lo largo de los siglos, empieza con una mentira, ¿de qué nos extrañamos que en la época que nos ocupa, estemos rodeados de mendaces?.
Nos mienten, nos engañan, nos manipulan, y ¿qué hacemos nosotros?: Nada. Quizás una pataleta, un corrillo a la puerta de la vecina y poco más.
Hay troleros que incluso pueden tener su gracia. Los mentirosillos de poca monta hacen de esa facilidad para el engaño, su particular forma de subsistencia. Mientras no vaya a mayores se le permite esos pequeños devaneos con la trola.
Lo preocupante son las falacias vertidas por honrados personajes públicos, porque mienten a costa de nuestro bienestar, de nuestro presente y lo peor de todo, nuestro futuro.
Si al igual que a Pinocho, a nuestros gobernantes y satélites que orbitan a su alrededor, cada vez que sueltan un embuste les creciera la nariz, España sería el soneto de Quevedo en toda su extensión: “...una nariz superlativa…”.
En la falacia de la evidencia incompleta se citan casos que pueden parecer la confirmación de una o varias verdades, sin embargo se ignora lo que puede contradecir la información que se quiere dar a conocer. Por ejemplo, en el sesgo de la confirmación, la gente muestra esta tendencia cuando recuerda información de manera selectiva, porque en ese momento interesa que se conozca sólo una parte de la verdad o nada de ella.
Se aprovecha cualquier momento, ya sea oportuno o no, para el uso de una mentira que permita seguir alimentando la ignorancia de los demás, aquellos a los que se quiere idiotizar con engaños y argucias en beneficio del empoderamiento personal.
No hubo manzanas en el Edén, aún así todos soñamos con visitarlo. También es aconsejable distinguir entre el bien y el mal, supongo que nadie quiere que se les mienta o vivir en una mentira.
Tiberio cambió su residencia de la capital del Imperio por Capri para huir de las corrupciones de la nobleza romana. ¿Tendremos los españoles que salir del reino para escapar de la corruptela política, económica y moral?.
¿Qué queda de ético en medio de tanta falacia, de tanto engaño? Encuentras falsedad en la persona más cordial; también en aquella que ves cada día y en la que puedes confiar y desde luego que hay engaño en la o las personas que rigen los designios de los ciudadanos.
Hay desazón entre la población ya que ha sido nuestro voto, el que de forma directa ha permitido de alguna manera que se sientan con derecho a mentir. Es en estas personas en las que la mentira debería estar penada y el engaño castigado.
Dicen los expertos que el ser humano se caracteriza por su disposición intrínseca y cultural para mentir, de ello nos hemos dado cuenta a lo largo de los años y también nos hemos percatado de que el aranero y el farsante termina cayendo entre sus mentiras y sus farsas.
“Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti.”