En un día reivindicativo como el 8 de marzo, para una sociedad que atraviesa una crisis económica a nivel mundial, la mujer vuelve a ser la parte discriminada.
La tasa de paro en España, hace tiempo que dejó de ser preocupante, para pasar a ser dramática. Con los datos y estadísticas que oímos cada día, la crisis no afecta por igual a la mujer que al hombre.
La autonomía económica es fundamental para una igualdad de género, la mujer necesita esa independencia para lograr la equidad tantas veces pedida. Esta libertad buscada, no es un regalo que se nos hace, es un derecho exigido y reiteradamente rechazado.
Cada 8 de marzo, se vuelve a los sondeos, a las encuestas, a la reflexión. Sin embargo, la mujer no quiere encuestas ni reflexiones, necesita con urgencia que su voz llegue a todos, que su trabajo en esta sociedad sea reconocido y valorado.
La mitad de la población mundial es femenina, entonces, ¿por qué se discrimina, se aparta, se maltrata, se menosprecia a esa otra mitad, imprescindible, por otra parte, en todos los aspectos de la vida?
Cada año, en este día, se resaltan los avances logrados en igualdad de género, pero también es necesario hacer hincapié en todo lo que nos falta por conseguir, en avanzar hacia un futuro digno y no hacer discursos que falten a la realidad, para así, aplacar las conciencias de quien se beneficia de esta injusta desigualdad.
La función de la mujer y del hombre en el llamado primer mundo, debería estar encaminado a la ayuda para la integración e independencia de la mujer en los países menos desarrollados, allí donde se necesita más cooperación para colectivos de mujeres en total desamparo, ya sea por su cultura o por falta de recursos.
Para que la igualdad de género sea real, se debería de prescindir de un dia especial para la mujer, no nos sentimos con más derechos o menos privilegios que los hombres, reclamamos un trato igualitario, digno y eso no se consigue solo por ser un 8 de marzo.
El trabajo tiene que ser continuo, sin desfallecer ante tanta adversidad económica, cultural, tradicional. Sigamos luchando para que las generaciones venideras encuentren un mundo más
concienciado con los problemas de género, y quizás llegue el día, que no sea necesario celebrar este día.
Imagen: Wikimedia Commons