Según nuestra Constitución tenemos derecho a la información. Pero las Administraciones, demasiadas veces, se niegan a ello. Cualquier excusa es válida para no facilitar los datos de los gastos de nuestros parlamentarios y demás personas públicas.
La tan solicitada Ley de Transparencia, parece quedar en el olvido ante una petición de información, el silencio es la respuesta, sin precisar un motivo que nos lleve a pensar en la honestidad de dicho órgano competente.
No sabemos cuanto costó el viaje del Presidente del Gobierno a la Eurocopa de Polonia, justo después de anunciar el “rescate” para las finanzas públicas, que en realidad no son nada públicas.
Los clubes de fútbol profesional mantienen una deuda con la Agencia Tributaria de 752 millones de euros (752.297.358,58), según los datos que el Gobierno ha facilitado. Sin embargo se desconoce el débito que los clubes tienen con la Seguridad Social, ya que nunca se han hecho públicas enunciando el artículo 66.1 de la Ley General de la Seguridad Social, de 1994, y la Ley Orgánica de Protección de Datos, de 1999, "los datos, informes o antecedentes por la Administración de la Seguridad Social en el ejercicio de sus funciones tienen carácter reservado".
Que estas entidades de ocio no estén al corriente en sus pagos con el fisco y demás impuestos y obligaciones, no es preocupante, pero sí que un trabajador no pueda cumplir con su deber para con Hacienda y la Seguridad Social. Luego vendrán los impagos en forma de desahucios. Estas referencias, desde luego, son muy generales y no se profundiza en los datos reales.
Y si de datos reales hablamos, pues entremos en Zarzuela: “El Presupuesto de la Casa del Rey se situará en 2013 en los 7,93 millones de euros, un 4% menos que el ejercicio anterior, cuando la cuantía fue de 8,26 millones de euros”. Estos son algunos de los titulares donde la prensa se hacía eco para informar que hasta la Casa del Rey han llegado los recortes, pero ¿de verdad creemos que la Casa Real hace un trabajo necesario para el buen funcionamiento del país? Desde luego que no.
Como diría Paulo Coelho “Nadie es imprescindible” y menos una familia que llevamos arrastrando ya demasiado tiempo con unos gastos que un país como el nuestro no puede ni debe permitir y que además mantenemos todos los ciudadanos. Y para colmo de males los “agregados” son más innecesarios aún.
Asesores, consejeros, secretarios, sueldos vitalicios y un largo etc. Estos son algunos cargos de los que se deberían reconsiderar sus funciones. De nada sirve un asesor para asesorar a otro. O un sueldo indefinido para una persona que ya dispone de otra remuneración por otro trabajo, cuando ya no cumple la función por el trabajo anterior. Desafortunadamente disponemos de muchos casos de estas características.
Así que información, cuanta menos tengamos mejor, porque pueden acusarnos de terroristas. Manifestaciones las mínimas y por supuesto, sin ser televisadas, que eso incita a los ciudadanos a más alteraciones públicas, que el señor Mayor Oreja sabe de lo que habla.
Simón Bolívar dijo que "Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción.". No dejemos que la ignorancia y la desinformación sea la culpable del deterioro de nuestro estado de derecho y nuestra democracia.