Pues allí estábamos otra vez, y como diría el gran Dylan “Tocando las puertas del cielo”.
En un marco incomparable como es Sierra Nevada a más de 2000 m. de altura y con las estrellas rozando nuestras cabezas, José Ignacio Lapido nos ofreció un fantástico concierto eléctrico, en el cierre del festival de verano “Por todo lo alto”.
Con un poco de fresquito pero calentando el ambiente con cada canción, hizo un recorrido por su discografía, tanto de sus canciones en solitario, como de su etapa con 091, como ya es habitual jaleado por un público incondicional, dispuesto a seguirle allá a donde va. José Ignacio y su banda demostraron una vez más, que el rock está vivo – a pesar de los malos tiempos para la cultura y la música - gracias a su ingenio y maestría para combinar buena música con unas excelentes letras.
A pesar de la altura y del frío nocturno de la sierra, siempre es bueno apostar por los directos de Lapido, sin embargo se echó un poco en falta un cambio en el repertorio de sus últimos conciertos, habida cuenta de lo amplio de su catálogo musical; al menos es lo que el respetable opinaba a pie de escenario.
Pero a pesar de todo, el buen hacer de Lapido consigue que sus conciertos sean siempre especiales. Quizás sea este el último concierto de su ciclo con “De sombras y sueños” para dar paso a su nuevo trabajo, que estamos ya impacientes por conocer.