Si a una persona que mata a otra se le llama "asesino" y la ley dice que está penado con la cárcel, hay un juicio, hay una condena, y en algunas legislaciones hasta con pena de muerte, entonces... porqué la ley deja que una o varias personas por muy jefes de estado que sean o por más poder que tengan deja que inicien un asesinato en masa llamado "guerra" y que manden soldados a morir y a matar a otras personas... ¿eso no es asesinar?.
Esque si hay intereses de por medio, ¿ya no se llama asesinato?, cómo se le llama a una persona o varias que mandan matar a otra gente, ¿no son genocidas?, aunque ellos no lleven el arma, pero lo son. Y los soldados se convierten en sus sicarios, pués les pagan por ir a matar, Así lo veo yo.
La guerra, según mi punto de vista es un genocidio masivo, hay un trastornado mental ocupando el poder con muchos trastornados apoyándolo, sobre todo aquellos que les venden las armas; claro, todo es negocio. Negocian con la vida de la gente inocente, se llame el país Siria, China, Usa, España... o como quiera que se llame. Todos los suelos del mundo probaron las bombas. ¿Por qué en pleno siglo ventiuno sigue habiendo guerras, ¿por qué hay que matar para vivir?.
1ª Guerra mundial = Más de 40 millones de bajas.
2ª Guerra mundial = Murió alrrededor del 2% de la población mundial de la época, unos 60 millones de personas.
¿No aprendimos la lección? Entonces de qué sirve que le digamos a nuestros hijos que las cosas se arreglan dialogando, que la fuerza bruta no lleva a nada, que la palábra es el arma más potente que existe, qué les decimos cuándo ven en la tele que para conseguir algo nos matamos entre nosotros, y nos preguntan, ¿ellos no se hablan?. Nos escudamos en decirles que la agresividad es un instinto humano. Entonces... ¿siempre habrá guerras? o encontraremos algún día la manera de solucionar conflictos sin tener que masacrar regiones enteras...
Lo sé, tengo más preguntas que respuestas, como la mayoría, y quizá nada de lo dicho tenga sentido, quizá me falte conocimiento sobre la sociedad y sus conflictos, pero creo que nada de lo que lea o me digan me hará cambiar de opinión. Un mundo sin guerras sí que es posible, pero hay que concienciarse de que si buscamos resultados distintos no deberíamos hacer siempre lo mísmo.
¡Que no caiga en saco roto!